La Inseguridad: El Mal Que Todo Lo Puede

Con un partido insulso y una victoria por la mínima, el  Real Madrid se clasifica para la siguiente ronda de la Champions. El partido duro siete minutos, lo que tardo el Madrid en marcar, y a partir de ese momento se acabo lo que se daba, o más bien, más de lo mismo. Lo único que está claro es que con los problemas defensivos que atraviesa el equipo es imposible hacer ninguna clase de futbol. Y me explico.

Cada vez que el contrario tiene el balón al equipo le entran las cagaleras de la muerte. Escaldados después de los errores en los últimos partidos, el equipo trabaja más en defensa, pero con más voluntad que cabeza. Esta situación incrementa los errores cuyos efectos son catastróficos.

El primer efecto observable es la falta de colocación defensiva. Los jugadores, tratando de apoyar a la defensa, juegan a todos a una. Donde va el balón; allí van todos. Cuando finalmente el equipo recupera la pelota, las líneas están totalmente descolocadas lo que complica la posibilidad de montar un ataque.

Al equipo le cuesta salir por falta de colocación y la respuesta es el chupinazo adelante y todos a correr, como en los San Fermines. A correr, y a rezar para que sea la delantera quien controle, pero la mayoría de las veces, como es lógico, es la defensa contraria la que controla. Conclusión, aunque el equipo corta el ataque contrario, es incapaz de mantener la posesión del balón, y entonces llega el nerviosismo.

Con el nerviosismo en la piel, nadie quiere tener el balón, especialmente si este se encuentra aun en campo propio. Empiezan las jugadas al primer toque pero sin sentido; los pasecitos hacia atrás o a la espalda del compañero que ralentizan el ataque; o los intentos de desborde por la banda, con la cabeza gacha, que se dan de morros con la defensa.

La calidad de los jugadores, su estado de forma, y la descompensación total del equipo tienen muchísima culpa de la situación actual del Real Madrid. Pero la inseguridad defensiva que está atravesando el equipo, es la que lo está hundiendo. Y no lo va a permitir salir del hoyo hasta que no se cosechen una serie de resultados positivos que devuelvan la confianza a los jugadores. Yo apostaría que una victoria ante el Barcelona cambiaria la situación actual radicalmente. Tal vez no traería el buen juego, pero definitivamente nos sacaría de esta situación y este juego tan patético que raya en el ridículo.