Corazonada Con Lassana

No quería ser el nuevo Makelele, ni siquiera Diarra II. Lassana, desde el buen trato de balón, ha reclamado su propia identidad. Sin virguerías ni malabarismos, ha demostrado que sabe colocarse y puede dominar la zona media; nos ha enseñado que tras la recuperación es importante salir jugando; y nos ha devuelto la confianza para aparcar el patadión arriba que, como equipo pequeño, se estaba convirtiendo en rutina.

Desde hacía un tiempo, el centro del campo era una zona donde deambulaban la medianía de Gago y el sinsentido de Diarra. El primero, en los dos años recién cumplidos desde su llegada, tan solo ha demostrado la eficacia argentina para vender hojalata a precio de oro. El segundo se ha ido diluyendo entre necesidades y desastres para despuntar un poco más que su compañero, pero aquella excelencia prometida nunca llego; y si, los errores constantes y los maltratos de balón.

Lass, como prefiere ser llamado, quiere apropiarse de una posición sin dueño pero con muchos obstáculos. El primero no es otro que el también recién llegado Huntelaar. Solo uno de ellos podrá ser inscrito en la máxima competición europea. Hasta ayer, el favorito estaba claro; hoy, me gustaría ver de nuevo esa encuesta. En cualquier caso, el elegido tendría la titularidad casi asegurada; y a día de hoy, la delantera parece más necesitada que una medular plagada de nombres.

La abundancia de jugadores de medio campo junto con la irregularidad de la delantera madridista, complican la situación de Lass. La pegada del equipo se ha visto gravemente afectada tras la baja de Van Nistelrooy, y Klaas-Jan se antoja como la solución. Mirando bien, se podría ver que la falta de pegada llega de más atrás. Una medular sin sentido y con poca astucia imposibilita la correcta operación de la delantera. Con Lass, esta situación podría mejorar, pero aun es muy pronto para saberlo, y es que el tiempo, es el tercer enemigo del francés.

La falta de tiempo para tomar una decisión es el tercer obstáculo del medio centro. Con tan solo un partido a sus espaldas, se antoja difícil evaluar cual será su verdadero rendimiento. No sería el primer espejismo en aparecer por el Bernabéu últimamente, pero lo último que necesita el equipo en estos momentos son medias promesas. Sin el suficiente tiempo para “cuajar,” su futuro europeo se denota complicado. Y sin Europa, la titularidad liguera, aunque solo sea por consistencia, parece casi imposible.

Una verdadera lástima, porque me dice el corazón, que no la cabeza, que Lassana si que vale. Sin conocerlo demasiado, lo poco que he visto me ha gustado; y me ha gustado más que lo visto en mucho tiempo. Es solo una corazonada, pero hoy Lassana Diarra, Lass para los amigos, ha escrito una pequeña página de lo que se antoja una gran historia madridista.